
Gratos, muy gratos son los recuerdos que tiene nuestro deporte español del Principado de Mónaco en los últimos tiempos. Año 2006, Fernando Alonso, a los mandos de su Renault, demostraba lo que era ya una realidad. Empezaba a aflorar lo que iba a ser un piloto de leyenda y ganaba en un circuito en el que, un año después, repetiría triunfo, esta vez a los mandos de su McLaren. Año 2009, minuto 115 de la prórroga, Pedro Rodríguez le da al F.C. Barcelona su primera Supercopa de Europa derrotando al impetuoso Shaktar Donestsk, título que volvería a obtener esta temporada el equipo de Guardiola tras imponerse 2-0 al Oporto. Entre medias, un público colchonero tan falto de alegrías cómo las que le brindan a la Reina Sofía a día de hoy su marido y nieto, volvía a saborear la gloria europea en una noche colosal del desdichado "Kun" Aguero, dejando sin oposición alguna al "todopoderoso" Inter de Rafa Benítez, pero remontémonos un poco más en el tiempo. 17-04-2003, un jovén Rafael Nadal..( por aquellos tiempos, el sobrino del central....) caía derrotado en Octavos de Final del Master de Montecarlo por el Argentino Guillermo Coria por un tanteo final de 7-6, 6-2. Que poca relevancia tendría este hecho de no ser por lo que vino después. Lo que vino después fueron 39 victorias seguidas, 7 títulos consecutivos y dejar el sello de leyenda que siempre le ha acompañado allá donde ha ido. Por eso, en este momento donde los más ventajistas buscan desestabilizarlo, donde todo parece estar absorbido por el "Huracán" Djokovic, Rafa vuelve al principado, "su" principado, para demostrar que el sigue vivo, que sus 7 títulos son fruto de la perseverancia, la calidad y la excelencia vista en tenis, cómo lo fueron en su momento el fútbol de Barcelona y Atlético de Madrid o el pilotaje de Fernando Alonso a los mandos de un Fórmula 1.
que bárbaro!
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