lunes, 30 de diciembre de 2013

Show-Time Real Madrid

Lo que se está viviendo últimamente en el Palacio de los Deportes es simplemente alucinante. Independientemente de los colores que prevalezcan en el corazón de uno, lo que está haciendo este grupo de jugadores es un tremendo favor a ese deporte que se encuentra en estado de coma profundo a nivel de clubes. Y es que esa pasión que levantaba el baloncesto allá por los años 80 y comienzos de los 90 ha ido decayendo en España con el paso de los años.
Se han conocido buenos equipos (ÑBA aparte..) en la historia reciente del basket nacional. El rodillo del Barcelona de Svetislav Pesic queda grabado en la memoria de muchos, versión que se mejoraba años
después con los comienzos de Xabi Pascual al frente del banquillo blaugrana. Sería absurdo no reconocer al F.C. Barcelona cómo mayor exponente del baloncesto nacional en los últimos años. Dicho esto, e intentando dejar a un lado los forofismos, ninguno de ellos llegó a calar tanto cómo este Real Madrid de Pablo Laso.
En primer lugar por eso precisamente. Donde habrán quedado esas protestas de los bersekers cuando se supo la noticia de la contratación del técnico vitoriano, y no les faltaba razón, ya que la contratación de Laso tenía un tremendo "tufo" a técnico parche que no hacía más que consolidar la situación de abandono en la que estaba inmiscuida la sección. Ni el mayor de los optimistas podría pensar que con el vendría una época que, pase lo que pase, será recordada por siempre entre todos los acérrimos al deporte de la canasta.
Acorde con su discreción, Laso fue poco a poco haciendo un equipo sólido en el que cada cita era un disfrute. Nadie podía imaginar que tres años después, ese técnico "parche" sería el mayor culpable de devolverle al Real Madrid toda la pasión perdida por este deporte.
Ir al Palacio de los Deportes es disfrutar de un espectáculo inigualable. Canastas imposibles, alley-opps americanistas, tapones de órdago y triples inverosímiles conforman un ambiente en el que lo imposible está muy próximo y la espectacularidad alcanza su máximo esplendor.
Cierto es que lo que
acaba prevaleciendo en el deporte de élite son los títulos, y que este equipo tiene todavía la asignatura pendiente de la Copa de Europa. Nadie puede saber lo que pasará en los próximos meses, lo que si es seguro a ciencia cierta, es que pase el tiempo que pase, este grupo de jugadores quedará grabado en la memoria de todos los aficionados al baloncesto. El show debe continuar.


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