jueves, 23 de agosto de 2012

"EMOCIONES PERDIDAS"

 2-2, final del partido, el Barcelona pasaba a las semifinales de la Copa del Rey frente a un Real Madrid imperial al que le faltaron 5 minutos más para poder darle la vuelta al 1-2 adverso que traía del partido de ida en el Santiago Bernabéu. Hace tan solo 8 meses de aquel encuentro, recuerdo que aquel día por mi mente solo rondaban camisetas merengues y blaugranas esperando a que llegase la hora del partido, no obstante, siempre había sido así en días de clásicos.
   Recuerdo esta cita porque fue la última vez que tuve esa sensación excitante de madridismo en aras de clásico, ese momento en el que tu corazón palpita por cada balón dividido, por cada lance del juego, por cada galopada, ese prisma de forofo empedernido que en ese momento desea que tu equipo venza al eterno rival por encima de todo. Desde entonces, esa magia la he perdido. Cierto es que desde entonces solo ha habido dos clásicos más, y cierto es que dentro de lo que cabe, el Madrid ha dado a lo largo de estos meses un golpe de autoridad a la hegemonía blaugrana.....( si, hegemonía, aunque no hayan ganados dos Champions consecutivas míster.....) lo que puede hacer perder la esencia de ese ansia de aficionado forofo de destronar al eterno rival de su puesto honorífico, pero me sorprende.
   Espero que solo sea un palpito mío, pero la emociones de los clásicos han perdido encanto a lo largo de los años. "La batalla de derbys" del año 2010 fue brutal, legendaria para todo aficionado a este deporte...( más allá de los comportamientos de los jugadores...) pero fue el inicio de cierta pérdida de pasión. Al igual que la esencia de los Mundiales o las Eurocopas es que se disputan cada 4 años, lo bonito de esta rivalidad es que solían verse las caras tan solo dos veces al año, una vez pasados esos dos partidos, tenías que esperar a la otra temporada para ver a los dos grandes frente a frente. Porque los momentos especiales, como en la vida misma, son aquellos que vienen cada cierto tiempo, después de una larga espera, y es lo que hace esa espera lo que hace especial ese momento, pero tranquilos, para los que no piensen como yo, felicidad absoluta, porque este año huele a nueva tormenta de madridistas y blaugranas.

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