- El escenario perfecto ante el rival perfecto. Las condiciones eran idóneas para seguir ensalzando la leyenda. Porque este grupo de jugadores nos enseñó - y nos acostumbramos de mala manera- a tener una fe ciega en sus posibilidades, y fue en esa ceguera cuando apareció una "verdeamarelha" con hambre.
Hay momentos que por si solos delatan un poderoso sentimiento. En el preciso instante que empieza a sonar el himno brasileño, acompañado al unísono por jugadores, cuerpo técnico y afición, todos dimos un paso atrás. Era en ese rostro de pasión de los jugadores y en ese atronador ruido procedente de la grada del "Maracaná" donde Brasil empezaba a fraguar su victoria.
Porque fue en esa faceta donde la canarinha si dio ayer una paliza histórica a España. Y es que los nuestros han hecho del triunfo una rutina, peligrosa rutina. Para España si era importante el partido, que duda cabe, pero Brasil estaba ante la gran oportunidad de hacer creer al pueblo que el año que viene competirá, que estará en condiciones para ir a por el sexto título mundial.
Brasil es Brasil, y por si alguien tenía alguna duda, está y se le espera para el año que viene. Pero que nadie tenga la más mínima incertidumbre de que "la roja" también competirá, y lo hará de la misma forma y con la misma elegancia que lleva haciéndolo desde 2008. Un estilo que nos ha llevado a ser eternos, y que estoy seguro que seguirá perdurando en el tiempo.

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