martes, 20 de enero de 2015

El poder del símbolo

Cuatro comparecencias, tan solo cuatro comparecencias han sido suficientes para demostrar que Fernando Torres no está de vuelta sólo por el hecho de ser quién fue. La realidad va mucho más allá, y de momento, todos aquellos que anhelaban el regreso para mofarse del mito en forma de fracaso, han de esperar su turno. Tan sólo de momento. Puede ser que el tiempo les  acabe dando la razón, pero hasta la fecha, el de Fuenlabrada no ha hecho más que dar argumentos a los que confiaban en él, y sobre todo, cargar de razón a su actual entrenador, principal culpable de su regreso.

Sería “casi” utópico pensar que Fernando Torres pueda volver a ser ese jugador de antaño. El tiempo ha ido desgastando su figura y los treinta que aparecen en su D.N.I. no son los dieciséis de aquel testarazo en Albacete. Dicho esto, pienso humildemente que “El niño” tendrá una participación de suma importancia en la báscula de éxitos y fracasos de “su” atleti.

El primer motivo que me lleva a pensar en esa importancia es el entorno. Ningún recinto cómo el Vicente Calderón y ninguna afición cómo la del Atlético de Madrid para volver a recuperar la confianza pérdida. La tranquilidad de saber que tus fallos serán perdonados y tus triunfos alcanzarán la magnitud de magnificados. Tan sólo han pasado poco más de quince días desde su presentación. En ese momento, pudieron escucharse comentarios desde “los del atleti están taraos”, aludiendo al hecho de que acudieran 45.000 personas a su presentación, hasta el “vaya gol que les han metido”, vaticinando el fracaso de su fichaje. Sinceramente, pienso que, pase lo que pase en los próximos meses, el regreso de Fernando Torres a la ribera del manzanares nunca podrá ser tildado de fracaso. Torres necesitaba al atleti y el atleti, antes o después, iba a necesitar a Torres. Cuestión de un idilio que nunca llegó a romperse pese a la dramática marcha que supuso , en su momento, la salida de Fernando del club de sus amores. Hay una hecho en el cual el Atlético de Madrid ha sabido desmarcarse de otros equipos, y ese es el guardar respeto hacía sus símbolos. Se comprobó recientemente en el fallecimiento de Luís Aragonés. También con Simeone -pese a que este ha ayudado al ensalzamiento por su inmaculada trayectoria en el banquillo rojiblanco- y se vuelve a demostrar ahora con el acalorado recibimiento brindado a Torres.

La segunda razón que me lleva a pensar en el éxito de su fichaje, es el Atlético de Madrid de hoy en día. Nada tiene que ver este equipo con aquel que dejó Fernando Torres antes de su marcha a Liverpool. Las sonrojantes derrotas frente al eterno rival y la mediocridad de ver inmerso al atleti en mitad de la tabla, contrastan sobremanera con el bloque triunfador que se aprecia en la actualidad. Un equipo donde sus protagonistas consiguen dar el máximo nivel, e incluso algunos, duplicar el rendimiento que se les podía intuir. Sin ir más lejos, está la prueba del pasado Jueves en el estadio Santiago Bernabéu, donde Torres fue vital para el pase de los colchoneros a los cuartos de la Copa, más con el aliciente de dejar fuera a ese dolor de muelas llamado Real Madrid. De defenestrado en un club de mitad de la tabla de la Serie A italiana, a gozar de una importancia capital en una eliminatoria de Copa del Rey frente al eterno rival. Un conjunto que le exime de responsabilidad, ya que buena parte de sus éxitos vienen consolidados por su buena predisposición en defensa. Recalar en un equipo donde todos conocen su rol y que goza de unos años de inercia ganadora, puede ser fundamental para que Fernando Torres también mame de esa inercia.

Cómo último y definitivo punto de ese posible resurgir de Fernando Torres, está su entrenador. En el momento en que Simeone pide a la dirección técnica del Atlético de Madrid el fichaje del fuenlabreño, se empieza a intuir que se está tramando algo serio. Si algo ha demostrado el argentino desde que llegó al banquillo rojiblanco, es inteligencia. En estos casi tres años al frente del Atlético de Madrid, Simeone se ha convertido en especialista a la hora de recuperar  jugadores con alarmante falta de confianza. Véase el caso de Godín o Raúl García, y en menor medida Tiago. Futbolistas que, remontándonos en el tiempo, hubiera sido impensable creer que serían de suma trascendencia en este equipo, pero más impensable aún hubiera sido que estos peloteros recuperados para la causa fueran a dar al Atlético de Madrid una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de España, una Europa League, y una final de la Liga de Campeones.


El tiempo acabará dictando sentencia acerca del acierto o no del fichaje de Fernando Torres por el Atlético. Aquí un humilde plumilla se atreve a vaticinar el éxito de la operación…….pase lo que pase.

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