Alejado de aquel juego que convirtió al Barça en icono del fútbol mundial, lo cierto es que las goleadas de los últimos días invitan a la hombrada. Eso, unido a la -para mi- inteligente decisión de Luis Enrique de anunciar su marcha a final de temporada, atisban un clima de moderado optimismo en Can Barça.
Cerrar filas para brindar un fin de etapa a 'lucho' por todo lo alto, un incentivo que el jugador del Barcelona, como animal competitivo, añade al capítulo de argumentos para no fallar. Intuiciones, sensaciones, estados de ánimo. Añadiduras que quedan reducidas a un único elemento diferenciador, y ese es, como no, Leo Messi.Volvió a aparecer la sonrisa del jugón, o dicho de otro modo, volvió a pasar el Barça cual tsunami arrollador por encima de sus últimos rivales. Puede ser una advertencia, quizás un alargue del pequeño soñador, pero de lo que sí estoy seguro, es de que Unai Emery no está tranquilo. Imposible estarlo cuando en frente está el mejor en 'su' mejor momento. Por mucha que sea la renta, por mucho que sea el oficio del PSG, en frente estará Leo, y eso, es motivo de fuerza para que el aficionado blaugrana obtenga el beneficio de la duda.
Porque del mejor Leo sale el mejor Neymar, el mejor Suárez, el mejor Barça. Un tema que siempre ha sido sometido a debate, es el de la suerte de Messi de poder jugar al lado de los mejores. Quizás puedan tener una pizca razón aquellos que intentan reducir los méritos de Messi al haber tenido cerca a Xavi o Iniesta, tan cierto como que la tendencia de este Barça, una vez Xavi fuera e Iniesta lejos de su mejor nivel, es que este Messi ahora sí mejora al resto.
El Messi más asistente, el Messi más solidario, el Messi más polivalente, una versión mejorada de lo que ya de por si fue una trituradora rival. También es verdad que la continuidad de Leo no es la de antaño, cuando se antojaba impensable que el de Rosario enlazara tres-cuatro funciones de nivel medio.
Creo, sinceramente, que el Barcelona no va a remontar la eliminatoria. Una nefasta versión del PSG habría de juntarse con una inmaculada de los Busquets, Rakitic, Neymar, Suárez, y por supuesto de Leo. Imposible nunca fue un termino para definir al argentino.

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